Propósitos y metas para el nuevo año
Enero, como los lunes, es el mes en el que la mayoría de gente dice: “borrón y cuenta nueva”, se establecen metas súper codiciosas y en todas las áreas de la vida: personal, profesional, intelectual, emocional, espiritual. Sólo con leerlas te das cuenta que es la clave del éxito, pero al mismo tiempo te cansas, son tantas metas y tan grandes, que te abrumas y paras con la misma rutina de siempre.
Para hacer hacer un plan de acción alcanzable, es importante tener claro qué es cada parte de tu plan. El propósito es la intención de hacer o dejar de hacer algo, pero en un nivel más profundo y trascendental, el propósito del ser humano es el sentido que le das a tu vida, que responde a preguntas filosóficas existenciales. Funciona como el motor de vida. Para saber qué hacer, es importante saber a dónde quieres llegar, cuál es tu propósito de vida.
Las metas son el resultado de una acción o una trayectoria, que se espera alcanzar por medio de un proceso específico. Están relacionadas con la realización individual y la felicidad. En el ámbito organizacional a las metas se les llama planificación y el cumplimiento es la efectividad. Para poder cumplir tus metas, es importante que estas sean: alcanzables, observables y en un tiempo limitado. Pueden ser a corto, mediano o largo plazo.
Los objetivos son los pasos exactos que se deben llevar a cabo para alcanzar una meta. Por ejemplo, si mi meta es subir al segundo nivel, mi objetivo es cada uno de los peldaños que debo pasar para llegar a la meta, son las actividades específicas a seguir.
Entonces, un buen inicio es preguntarte a nivel más profundo y filosófico, ¿a dónde quieres llegar? Tal vez tu propósito sea tener una vida plena y alcanzar la felicidad. Tus metas para el nuevo año (semana, mes o lo que sea), deben contribuir a que tu vida sea plena y logres alcanzar la felicidad. Por ejemplo, tener un cuerpo sano, un trabajo estable y una familia unida. Tus objetivos podrían ser: alcanzar un peso saludable a través de la alimentación y el ejercicio, aumentar tus ventas para aumentar tus ingresos, mejorar la comunicación con los miembros de tu familia.
Recuerda que cuando repites la misma actividad muchas veces, esta se vuelve una rutina, una práctica que se desarrolla con el tiempo de manera automática, sin requerir el uso del razonamiento. Es por eso que es difícil cambiar tu rutina, porque son conductas que no pasan por el pensamiento superior, simplemente las haces. Las rutinas nos permiten ahorrar tiempo y procesos mentales en la realización de tareas comunes. Sin embargo, en algunos casos puede llevar a la conocida carrera de ratas. Esa actividad desenfrenada, típica de los ciudadanos de las grandes ciudades, en la que se mantienen siempre ocupados y angustiados por creer que no van a lograr cumplir sus obligaciones, sin tiempo libre para hacer una pausa y reflexionar acerca de su vida y sus metas. Situación que incide con un mayor índice de depresión, estrés y suicidio.
Un estilo de vida saludable incide, pero no se limita a, una dieta equilibrada, una rutina de ejercicio físico, buena higiene personal, una vida social enriquecedora, una vida emocional y psicológica estable. Un estilo de vida perjudicial tiene que ver con una dieta poco variada, una vida sedentaria, consumo excesivo de tabaco, alcohol y otras sustancias, falta de higiene, aislamiento social y estrés crónico.
¿Te has puesto a pensar qué es eso que repites constantemente y hacia dónde te lleva a largo plazo?